Uno de los motivos de consulta más frecuentes en mi práctica profesional es la ansiedad y tristeza que generan las ruptura de pareja, bien sea rupturas abruptas no esperadas o rupturas que suceden después de un largo período de conflicto.
Sin lugar a dudas el amor es uno de los motores fundamentales que nos mueve a actuar y muchas personas no concibe la vida sin amor o sin la persona amada, pero lo que es seguro, es que a pesar que sintamos el dolor más profundo al perder a la persona amada, todos somos capaces de superar este amargo trance, volver a amar y vivir la vida con alegría.
Lo primero que tenemos que entender es que las emociones (como por ejemplo la tristeza) siempre están precedidas por una interpretación de la situación que estamos atravesando y pensamientos relacionados con esa interpretación, y son los pensamientos los que generan la emoción.
En mi práctica clínica he observado que las interpretaciones o pensamientos más comunes que generan tristeza cuando atravesamos una ruptura tienen que ver con lo siguiente: «nunca volveré a amar a alguien así», «nunca nadie me volverá a amar», «nunca seré feliz» «siempre me abandonarán», «soy un fracasado(a)», «perdí a la mejor persona que podría tener», «nunca me amó»,»me utilizó» (en las cuales subyace a la idea que no somos suficientemente buenos para que alguien nos ame), «siempre me pasan a mi estas cosas», etc.
Estos pensamientos o ideas están muy ligados por supuesto a nuestras creencias sobre el amor, sobre las relaciones de pareja o sobre nosotros mismos.
Por otro lado, la emoción siempre viene acompañada de cambios fisiológicos productos de la activación de nuestro sistema nervioso y es usual , que ante emociones intensas, sintamos palpitaciones, dificultad para respirar, opresión, sudoración o tensión muscular; es por eso que ante situaciones de intensa tristeza podemos sentir como si verdaderamente el corazón nos doliera.
Lo que debemos tomar en cuenta para iniciar el proceso de recuperación en una ruptura es que estamos pasando por un proceso de duelo y el duelo lleva su tiempo; por supuesto sería maravilloso tener una varita mágica que nos quite el dolor, pero en realidad, no hay nada que pueda hacer que el dolor desaparezca de un día para otro por lo que hay que tener paciencia para esperar que la herida sane. Lo que sí podemos hacer es cuidar esa herida para que sane lo más pronto posible y eso significa cuidarnos a nosotros mismos durante este proceso.
Aquí dejo algunas sugerencias para que la tristeza producto de la ruptura no se extienda más de lo necesario y podamos seguir con nuestra vida lo más pronto posible:
- Es muy importante que te des cuenta qué estás interpretando ante la ruptura y si es posible cambiar esa interpretación por algo más positivo. En vez de “me quedaré solo(a)” podría ser “estaré el periodo que yo decida solo(a)” o en vez de “¿por qué no me quiso a mí?” podría ser “No quiero estar con alguien que no me quiera, ya encontraré a alguien que me ame y yo ame”, en vez de «nunca me amó» podrá ser «el amor puede cambiar o acabar, no significa que nunca me haya amado». Es necesario que identifiques si estás teniendo ideas irracionales como las que escribí arriba y cambiarlas por ideas más reales u objetivas así como que identifiques las creencias que pueden estar obstaculizando tu recuperación, como por ejemplo la creencia de que si estamos solos somos unos fracasados.
- Para mitigar los efectos de la activación del Sistema Nervioso lo ideal es que podamos utilizar algunas técnicas de relajación enfocadas en la respiración y relajación muscular. Si estamos relajadas, los desagradables síntomas que percibimos como dolor, irán desapareciendo.
- Si debes estar solo(a) un período, aunque sea contra tu voluntad, debes aprovechar ese período para atenderte a ti mismo(a) y mejorar. Consiéntete y busca momentos de esparcimiento y diversión.
- Hacer ejercicio es una buena manera de controlar los efectos de la activación del Sistema Nervioso. Si no haces actividad física es un buen momento para comenzar.
- Busca apoyo social. Los amigos siempre nos apoyarán en estos trances, además que podemos pasar ratos divertidos con ellos. (Leer «Comparte con amigos si quieres ser feliz«)
- No busques información sobre tu adorado tormento en ninguna red social. Esto puede dar pie a interpretaciones erróneas sobre la información que ves y sólo hará que la ansiedad y la tristeza se incremente.
- La tristeza puede venir acompañada con la falta de motivación para hacer cosas que usualmente te gusta hacer. Atento con esto; aunque te cueste un poco hacer las cosas, inténtalo, porque puedes correr el riesgo de caer en una depresión.
- Controla las expectativas que tienes sobre encuentros o reconciliaciones. Al iniciarse el duelo, puede haber un período de negación en dónde puedes fantasear con la idea de que tu adorado(a) se arrepiente y te busca, lo que te puede llevar a verdaderos estados de ansiedad al esperar llamadas o mensajes que nunca llegan.
Por último todo pasa y hasta el dolor que creemos nunca podremos superar se supera, depende de ti que sea más rápido o más lento. ¡Adelante!
Yamila Guerrero