En el grupo de lactancia que acompaño todos los meses, esta semana mi compañera lanzó la pregunta: ¿La lactancia ha sido como esperaban, como lo imaginaron?, y todas las mamás gritaron al unísono: ¡Noooo! Si bien la mayoría de las mamás que nos acompañaban ese día había logrado ya superar las dificultades, para todas ellas, la experiencia durante las primeras semanas no se había parecido en nada a lo que imaginaron o, incluso, a lo que algunas habían vivido ya con un primer bebé. Esa diferencia entre las expectativas y la realidad marcó un inicio complejo y cargado de emociones muy intensas que, en ocasiones, hizo más difícil superar las primeras semanas después del nacimiento del bebé.
Conozco muy pocas mujeres que estando embarazados están decididas a no amamantar. Por lo general, los beneficios que conocen de la lactancia son suficientes para estar ganadas a la idea, sin embargo, muchas de ellas abandonan prematuramente la lactancia porque la frustración ante lo abrumador que puede llegar a ser amamantar a un bebé, sobretodo el primer mes, supera cualquier buena voluntad de ofrecer « el mejor alimento » que la naturaleza ha puesto a nuestro servicio.
Si bien es cierto que la mayoría de las mujeres puede amamantar a sus bebés, no siempre durante las primeras semanas el bebé logra un buen agarre al seno, la madre tiene una producción suficiente o es posible amamantar sin dolor. Y éstas tienden a ser las primeras dificultades, y las más frecuentes, con las que las madres se enfrentan después de la llegada del bebé. Además, el cansancio, la falta de sueño y el desajuste hormonal, pueden no ser buenos aliados para que la madre sea capaz de esperar a que las cosas mejoren.
Para superar las primeras semanas, el apoyo juega un rol fundamental, no sólo de parte de la familia o pareja, sino contar además con ayuda especializada y oportuna de forma tal de intervenir y mejorar las condiciones para evitar que las dificultades iniciales se transformen en problemas mayores que favorezcan la frustración de la madre y el consecuente abandono de la lactancia (ver también La estrella de la lactancia).
Es importante, además, que la madre pueda prepararse durante el embarazo sobre cuáles son los signos de que algo no anda bien, mantener expectativas realistas en relación a las posibles complicaciones (ver también Sobre expectativas y realidad), tener en cuenta que las soluciones no son mágicas y requieren de tiempo y paciencia y, sobretodo, que sea capaz de confiar en sí misma, para que pueda tomar decisiones de manera más clara y con toda la información necesaria.