Estar sometidos a una situación que genere estrés es uno de los factores de riesgo para desarrollar trastornos mentales como ansiedad y depresión. Sin duda alguna cuidar a un familiar enfermo es una de estas situaciones que pueden desencadenar un proceso de estrés.
Pero ¿Qué es el estrés?
Según el profesor de la Universidad Complutense de Madrid y Presidente de la Asociación Española para el estudio de la Ansiedad y el Estrés, Antonio Cano Vindel, el estrés es un proceso general de adaptación a las situaciones que vivimos, a las cuales debemos darle respuesta con recursos biológicos, psicológicos y conductuales.
El estrés no es necesariamente negativo porque depende de la evaluación que hagamos de las situaciones y de los recursos y capacidades propias.
Cuando consideramos que la situación nos desborda o que no contamos con recursos para afrontarla, se desencadena el estrés negativo y casi siempre va acompañado de emociones como la ansiedad, tristeza o ira.
La respuesta fisiológica (que consiste en una alta activación del sistema nervioso autónomo y somático) está siempre presente en situaciones de estrés en menor o mayor medida y es esto lo que representa un problema a mediano y largo plazo para la salud.
En el caso de pacientes con enfermedades de alto riesgo como cáncer o enfermedades incapacitantes como el Alzheimer, los familiares deben afrontar diversas situaciones que se le presentan que generan un impacto importante en su vida: visitas al médico, administración de tratamientos, cuidados constantes, gastos no previstos.
Adicionalmente los cuidadores tienen otra fuente de estrés relacionado con afrontar situaciones que tienen que ver más con la parte emocional: el dolor y la queja del paciente, el cansancio, la posibilidad de muerte del paciente, entre otras cosas.
Todas estas situaciones pueden generar en lo cuidadores estrés agudo o crónico que pudieran afectar su salud. La OMS alerta sobre la posibilidad de que las personas sometidas a condiciones estresantes extremas puedan generar trastornos como la ansiedad, depresión, problemas conductuales, abuso de sustancias y suicidio.
¿Qué debes tomar en cuenta si te encuentras en esta situación?
- Identifica claramente aquellas situaciones que debas resolver y dar respuesta (traslados, horarios de cuidado, obtener dinero extra, administrar medicamentos). Es aconsejable listarlas y organizarlas indicando cuales dependen de ti y cuáles no. Asigna responsabilidades y lista las personas que pueden ayudarte con cualquiera de las actividades a cumplir. Tener todo esto claro te ayudará a disminuir el estrés.
- Las emociones negativas que acompañan el proceso de estrés ante situaciones que no dependen de ti, también deben ser atendidas. El apoyo social es importante: habla con familiares y amigos sobre lo que sientes y piensas, esto te hará drenar. Si observas que te encuentras mucho tiempo triste, con ansiedad o mal humor, quizás debas buscar ayuda psicológica con un profesional.
- Es importante que tomes conciencia que debes cuidar tu salud, por ello debes cuidar tu alimentación y obtener el descanso necesario. Toma tiempo para ti y para tu esparcimiento sin que te sientas culpable por ello.
- Para cumplir los 3 puntos anteriores es necesario que puedas pedir ayuda. No temas pedir ayuda a las personas cercanas o no tan cercanas. Muchas personas pueden prestar ayuda si planteas claramente que necesitas. La ayuda puede ser desde un traslado, tiempo con el paciente, hacer la comida o comprarla, administrar un medicamento a determinada hora o simplemente hablar sobre tus emociones o pedir asesoría sobre como montar una campaña por internet para recaudar fondos. Lista los familiares, amigos o vecinos que puedan ayudarte en algún aspecto; deja la vergüenza a un lado y plantéales según sus posibilidades y recursos si pueden ayudarte con algo. Igualmente siempre considera pedir ayuda a un profesional de la psicología cuando sientas que la situación te desborda.
- Haz ejercicio. Seguro habrás oído hablar sobre los múltiples beneficios del ejercicio no sólo para la salud física sino también para la mental. Aunque en este momento te parezca que no tienes tiempo para hacer ejercicio, ciertamente es el momento en que debes hacerlo. Caminar a paso rápido por ejemplo, de 30 a 50 minutos 3 o 4 veces por semana te ayudará a drenarrelajarte, a sentirte mejor y estar en mejores condiciones físicas para afrontar mejor todas las situaciones.
Por último, recuerda siempre el aspecto subjetivo del estrés, ya que involucra la interpretación de los recursos y capacidades que tenemos para afrontar las situaciones. A veces con ver las situaciones desde otro punto de vista es suficiente para disminuir el estrés negativo y las emociones que lo acompañan.