Con mi bebé, no fue amor a primera vista

Cómo saber si tengo una Depresión Post Parto

Para muchas madres es vergonzoso mencionar qué sintieron cuando vieron por primera vez a su bebé: darse cuenta que no se enamoraron al verlo, que sintieron tristeza o simplemente lo que sintieron no era lo que esperaban, puede desencadenar culpa y desasosiego (Ver también: La maternidad está llena de emoción).

Bien sea porque estemos a las puertas de una depresión post parto o porque el cóctel de hormonas y medicamentos interfieren con nuestra respuesta emocional, es posible que no nos sintamos enamorados de nuestro bebé las primeras  veces que lo tomamos en brazos.

Es importante que la madre pueda reconocer lo que le está ocurriendo sin ser culpabilizada, sino por el contrario, promover con mayor frecuencia los momentos que permitan desarrollar el vínculo y favorecer el apego del bebé.

Todos los bebés nacen con la necesidad de vincularse con la persona que los cuida, sea la mamá, el papá o cualquier otra persona que esté a su cargo. Esto se llama apego. Este primer vínculo será la base para las posteriores relaciones afectivas durante la infancia e incluso la adultez. De allí la importancia de promover un apego seguro.

Cargarlo frecuentemente, utilizar porta-bebes (mejor si es tipo foulard) a fin de favorecer el contacto piel a piel, no dejarlo llorar solo,  incluso tomarlo en brazos cuando después de verificar que no tiene hambre, no tiene frío o no está mojado continúa llorando, son conductas que permiten promover un apego seguro.

Amamantarlo, hablarle, cantarle y acariciarlo también son acciones que favorecen el vínculo y harán que poco a poco ambos se enamoren y logren un apego que genere seguridad.

Si durante dos semanas continúa la tristeza profunda y desánimo la mayor parte del día, lo cual a veces puede estar acompañado de ideas recurrentes sobre el bienestar del bebé (por ejemplo que el bebé puede tener una enfermedad grave sin que existan síntomas que hagan  sospecharlo), ansiedad o la percepción de no ser una buena madre, interfiriendo con la cotidianidad y el cuidado del bebé, podría tratarse de una depresión post-parto. En ese caso, es necesario acudir a un especialista tal como un psicólogo clínico o psiquiatra.